lunes, 17 de mayo de 2010

Manifiesto nº 16

Buscaba algo importante, sorprendente y no demasiado verídico para envolvértelo en papel de colores y ponerle un lacito, de los simples, los que te gustan que decoren cajas de zapatos forradas con periódicos viejos.

Y entonces se iluminó la bombilla del flexo, primero tenue pero poco a poco ganando intensidad hasta que sus quince ecológicos watios me sacaron del semi-sopor en el que me encontraba y como simil barato comenzaron a iluminar por este orden, mesa, teclado y habitación

¡Ya lo tengo! Será un exitazo, y poseido por la falsa idea de tener ideas comencé a escribir sin ton ni son palabras sueltas, inconexas pero no importaba, al final se les daría un sentido "o eso pensaba yo" y si no se lo doy yo, ya se lo dará el que sepa de barcos, que expertos en la materia siempre sobran con título universitario y todo mire usted por donde

Pero "rien de rien" aquello era un churro de los de verdad, una pedantería de manual francés chauvinista, "no importa" volví a pensar, no se tratará de engañar viejecitas inválidas, solo a culturetas del palo, con o sin gafas de pasta "las modas son pasajeras" que traten de saciar su sed intelectual diaria a golpe de google "todos los derechos reservados" o wikipedia "idem de idem"

Entonces es cuando en caí en lo gordo, en el meollo. Me había olvidado del lacito, del papel de periódico y de todo lo que tenía que ir dentro de la jodida caja de cartón.

Excusa de mal pagador esa de "hoy me olvidé la cartera" sabes de sobra que me la llevo olvidando a posta desde que te conozco, culpa tuya "allora" por no ponerme colorao cuando pudiste.

Feliz cumpleaños, y una caja de cartón sin nada dentro

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