viernes, 6 de noviembre de 2009

Ne anche tu

Aquel pudo ser un día triste, pero otros factores pesaron lo suficiente como para hacer un poco mas llevadera la vuelta.

No era el mejor de los momentos para pensar en cosas nuevas. Ni siquiera estaba seguro de querer hacer algo diferente. Algunas decisiones se pagan a largo plazo ¿Quien sabe que hubiese sucedido en caso contrario?

Con el, mil fotos, muchas tardes soleadas y un tiesto de amapolas bajo el brazo. En su contra cerca de treinta lunares y un viejo Opel que esperaba en el aparcamiento del aeropuerto para llevar a su conductor de vuelta al circo, en dos semanas todo había cambiado.

A decir verdad se guardó algún que otro secreto, pero una mentira piadosa evita ciertos males mayores, le dolía la certeza de saber que ella nunca le mintió, ni siquiera bromeando o exagerando cualquier acontecimiento, que dificil ahora tratar de encontrar cualquier cosa que se asemejara lo mas mínimo, iba a ser una tarea de chinos.

Transcurrió algún tiempo, mas o menos el equivalente a un par de cosechas de trigo, el suficiente para olvidar muchos detalles de las anécdotas, demasiado si de lo que hablamos es referente a heridas en el alma. Se secaron las amapolas, se intentó remontar el vuelo pero el miedo y la lluvia se aliaron para estropear lo que desde hacía mucho no tenía salvación.

Que diferente sería si algunas historias acabaran como en el cine, malditos hermanos Lumiere